La película
trata de un educador social, Toni, que
trabaja en un centro de menores. Le quedan pocos años para jubilarse y siente
que ha fracasado. Ha perdido la esperanza en su vida y, especialmente a lo que
se dedica. Sigue con su rutina de trabajo, dando lo mejor de sí mismo para
ayudar a los chicos, que están en las mismas circunstancias. Los problemas de
los chicos le invaden, y no tiene tiempo para su vida personal. Los chicos
tienen problemas de drogas, violencia y agresividad. En la película vemos como
dos chicos cometen un asesinato.
En muchas
ocasiones está tan abatido, que piensa si de verdad merece la pena luchar por
ese trabajo.
Tras su
larga trayectoria se da cuenta de que las actividades que desarrollan el equipo
multidisciplinar y él no son suficientes para ayudar a los chicos. En la
película vemos como llega al centro un nuevo trabajador social, que acaba de
salir de la carrera, y tiene muchas iniciativas y ganas, pero aún le faltan
aptitudes para imponer su autoridad a los chicos. Podemos notar las diferencias
que hay en la forma de trabajar de
ambos.
Pero un día,
llega un chico al centro por equivocación, puesto que debía estar en un centro
de acogida, pero como no había plazas lo metieron en ese centro, y con su
llegada, también llegan nuevas esperanzas para Toni. Tariq es muy diferente a
los demás chicos del centro. Es huérfano y con ayuda hay muchas posibilidades
de tener un buen futuro.
Esto me
sugiere que al comenzar a trabajar tienes muchas ganas. Ganas de conseguir que
esos niños cambien y mejoren por el bien de sí mismos. Pero debemos saber que
es muy difícil. Los cambios se consiguen a largo plazo, si es que los
conseguimos. Soy consciente de que suena muy pesimista, pero como nos dicen en
clase, es cierto y contra antes lo aceptemos mejor. Con esto ganamos
profesionalidad, y en un futuro, sea cuál sea el colectivo con el que elijamos
trabajar, nunca debemos olvidar, separar el trabajo de la vida personal.
Tras ver
esta película me frustré bastante. Ya sabía de antes que es difícil tratar con
este colectivo, pero cuando lo ves, es aún más complicado. Pensar que cuando
acabe de estudiar, tenga que enfrentarme a una situación así en el trabajo, me
hizo pensar. ¿Sería capaz?
Aun no sé en
qué trabajaré, ni cuál es el colectivo que más me gusta. Debo de pensarlo bien
y espero aclarar mis ideas en estos años. Por ahora, el colectivo de menores no
me gusta mucho, pero quién sabe lo que nos deparará el futuro. Prefiero dejar
en el aire mi futuro ámbito de trabajo, puesto que todavía me quedan bastantes
años de formación y aprendizaje.
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